¿Qué son las Cinco Leyes Biológicas?
Por el Dr. Luis Felipe Espinosa

Las Cinco Leyes Biológicas son descubrimientos en el campo médico-biológico realizados por el Dr. Ryke Geerd Hamer durante la década de los ochentas y noventas. Forman un modelo científico que muestra de manera precisa la conexión entre la psique, el cerebro y los cambios en el cuerpo.

Este modelo explica el origen, el desarrollo y el sentido de los cambios psíquicos, neurológicos e histofisiológicos que ocurren en el organismo con base en principios biológicos (filogenéticos y ontogenéticos). Estos principios arrojan información del comportamiento de los procesos fisiológicos presentes en las enfermedades, basados en el conocimiento de la embriología y en los principios de la evolución biológica de las especies que se refleja en la filogénesis. Al mismo tiempo nos aportan elementos extremadamente precisos para valorar aquello que está sucediendo en nuestro organismo, particularmente cuando estamos atravesando por algún proceso que conlleva sígnos y síntomas clínicos.

De acuerdo a éstas leyes biológicas, las llamadas "enfermedades" no son, como se asume generalmente, el resultado de un malfuncionamiento ó desequilibrio del organismo sino más bien el resultado de múltiples y diferentes fases de "Programas Especiales con Sentido Biológico", también llamados “Programas Especiales de Supervivencia” o “SBS1”, que fueron surgiendo en los organismos para permitirles contender con diferentes situaciones de peligro inesperadas y adaptarse en breve para sobrevivir. Estos programas de respuesta han ido transmitiéndose a lo largo de la evolución de la vida, seleccionándose y especializándose en cada especie hasta nuestros días.

El Dr. Hamer llamó a sus descubrimientos “leyes naturales / biológicas”, porque están basados en principios biológicos más que en afirmaciones hipotéticas o teóricas. Las Cinco Leyes Biológicas presentan entonces un sistema científico y verificable, con el cual podemos descubrir y entender el origen y el desarrollo de los signos y síntomas que conforman a las “enfermedades”. Estas leyes biológicas son susceptibles de ser probadas a cada paso y verificadas en cualquier caso.

El tomar en cuenta estos descubrimientos puede significar un beneficio considerable, especialmente cuando se está tratando de orientar al organismo a restablecerse en un proceso que puede estar limitando su vida y su estado de salud, independientemente del modelo terapéutico que se utilice.

 

LA PRIMERA LEY BIOLÓGICA

La primera Ley Biológica nos permite identificar los desencadenantes de las manifestaciones clínicas que conforman en su conjunto a las denominadas “enfermedades”; desde un problema menor como por ejemplo un resfriado hasta situaciones de mayor importancia como los crecimientos celulares denominados tumores.

Esta 1ª Ley establece que cada fenómeno propio de una enfermedad (ahora Programa Especial de Supervivencia) se origina a partir de un shock biológico inesperado, dramático y experimentado en soledad, que ocurre de forma simultánea en tres niveles: la psique, el cerebro y el órgano. A este shock biológico que puede activar variantes de “Sensaciones” o “Percepciones” que iniciarán cada programa, el Dr. Hamer le llamó DHS2. A veces el shock biológico no es necesariamente algo muy grave, o muy evidente, pues es suficiente un pequeño shock para reaccionar instantáneamente en los tres niveles (psíquico, cerebral y orgánico). La diferencia entre un shock grande y uno leve se verá reflejada en el grado de manifestación de los cambios a nivel clínico.






NOTA: Es importante puntualizar que por shock biológico no necesariamente entendemos lo mismo que un problema o conflicto psicológico, o emocional (no hay todavía una definición consensuada de lo que se entiende por cada uno de ellos). Un shock biológico, que en su descripción puede corresponderse con elementos que pueden tener algunas definiciones de problemas psicológicos y emocionales pero que no son necesariamente equivalentes, es un evento fisiológico que detona el inicio de un programa de emergencia y que toma a la persona (o a cualquier ser vivo) por sorpresa, de forma metafórica como si fuese a “contrapié” (totalmente desprevenido). Es decir: sucede algo que activa en nuestro sistema una respuesta automática sin que haya tiempo de considerar una respuesta pensada. Podemos decir que encuentra muchas semejanzas con las respuestas generales de estrés agudo, con la diferencia que además de éstas, se activan una o varias respuestas específicas (Programas Biológicos Especiales) como si se tratara también de un reflejo de superviviencia.



En el instante en que ocurre tal evento inesperado, el “sentir biológico” o la “sensación”que la persona experimenta activan uno, o más, Programas Especiales de Supervivencia, cada uno adecuado para hacer frente al tipo de evento percibido por el organismo (ver abajo la quinta Ley Biológica). El contenido de la “sensación o percepción biológica” es determinante tanto en la localización del impacto en el cerebro (Foco de Hamer) como en el órgano y en el recurso de supervivencia que se pondrá en marcha.

A partir del shock biológico, cada uno de los Programas Especiales de Supervivencia se desarrollará de forma simultánea en tres niveles que son psique, cerebro y órgano, manifestando cambios adaptativos transitorios.

 

LA SEGUNDA LEY BIOLÓGICA

La segunda Ley Biológica explica las fases por las que pasan los diferentes Programas Especiales de Supervivencia.

En esta ley se establece que: cada Programa Especial de Supervivencia se desarrolla en dos fases principales siempre que se logre salir de la situación de peligro y se “disuelva” el shock biológico. Estas fases corren sincrónicas en los niveles psíquico, cerebral y orgánico, y son:

-Fase Activa (FA). También llamada fase fría o simpaticotónica, ya que implica un tono neurovegetativo mediado por el tronco simpático.
-Fase de Reparación o Post-conflictolisis (PCL). También llamada fase vagotónica, de reparación, fase tibia o caliente. Que es de tono predominantemente parasimpático. Esta fase se divide a su vez en: PCL- A, Epicrisis y PCL- B.


NOTA: La mayor parte de los síntomas físicos, se presentan en la Fase de Reparación.

La llamada Conflictolisis (CL) o solución de la situación de shock, marca el cambio de la Fase Activa a la Fase de Reparación.

 

La eutonía o normotonía se refiere al estado de nuestro ritmo normal del día y la noche. Como se muestra en el diagrama de arriba la "simpaticotonía" se alterna con la "vagotonía". Estos términos se relacionan con nuestro sistema nervioso autónomo (SNA) que controla las funciones vegetativas como por ejemplo la respiración, el latido del corazón o la digestión. Durante el día el organismo está en un estado fisiológico de mayor tensión o de simpaticotonía normal. En la noche se entra en un estado complementario de descanso parasimpático normal ("relajación y recuperación”).

Un Programa Especial de Supervivencia inicia con un shock biológico que da lugar a la Fase Activa, misma que tendrá una cierta intensidad y duración. A nivel psíquico en ésta fase la persona se encuentra especialmente en un estado de ocupación mental constante sobre lo acontecido en el shock biológico: se le presentan pensamientos y recuerdos intrusivos relacionados con el shock y en general aumenta su estado de alerta. A nivel cerebral se encuentran los focos de Hamer (FH) activos como configuraciones de anillos concéntricos definidos (ver imagen a continuación). A nivel del cuerpo, se presentan cambios en el comportamiento fisiológico y tisular en el órgano u órganos involucrados (ver 3ª Ley).

 

Si la persona logra salir de la situación que sostiene la respuesta activa del shock biológico, es decir, deja de percibir el peligro o la amenaza experimentada en la activación, se presenta la Conflictolisis (CL), en donde la persona comienza a sentir una sensación de alivio y relajación mental en relación a lo acontecido.

A partir de ese momento inicia la Fase de Reparación, marcada inicialmente por la fase Post-Conflicto-Lisis-A (PCL-A) también llamada fase exudativa o de reparación edematosa. Aquí también se observan cambios en varios niveles donde, en general, predominan la disminución de las frecuencias cardiaca y respiratoria, y el descenso de la presión arterial. También cambia el patrón de sueño llevando a la persona a dormir predominantemente de día y despertarse por la noche. Los síntomas generales más comunes en esta fase son: cansancio, debilidad, inflamación, aumento en la temperatura corporal (con vasodilatación), dolor y sensación de malestar general. Y además existen cambios clínicos específicos que dependerán del tejido involucrado.

A nivel cerebral ocurren cambios también en la imagen de los FH pasando a la disolución de los anillos concéntricos. Éstos se van tornando obscuros indicando la presencia de líquido en el tejido cerebral.

Más adelante se presenta la Epicrisis, en la que se vuelven a experimentar de forma breve e intensa las sensaciones y cambios del inicio de la Fase Activa. En caso de que la persona se encuentre dormida en ese momento estas impresiones le pueden venir como sueños o pesadillas. A nivel cerebral en el lugar del FH, los anillos comienzan a disminuir su tamaño y lo mismo hace el edema (tanto cerebral como del órgano). En el cuerpo vuelven a presentarse cambios generalmente breves pero intensos relacionados con el aumento de las frecuencias cardiaca, respiratoria, y la presión arterial. También se puede notar la presencia de síntomas como escalofríos debido a la vasoconstricción generalizada.

Después de la Epicrisis viene la fase Post Conflicto Lisis B (PCL-B) o fase cicatricial-restitutiva, en donde generalmente todos los procesos van retornando a la normalidad y van formándose cicatrices. La persona puede continuar con cansancio pero poco a poco se va sintiendo mejor. Al finalizar la PCL-B se regresa a un estado de normotonía o eutonía en el cual el organismo vuelve a su estado homeostático (de equilibrio dinámico) normal.

 


NOTA: Es importante señalar que estas fases brevemente descritas no son un fenómeno fijo, sino dinámico. Esto quiere decir que una persona podría entrar en la fase de reparación e interrumpirla por entrar en contacto con una señal (riel o raíl) que vuelve a activar la respuesta de supervivencia del programa regresándola a la fase simpaticotónica. Naturalmente esta interrupción dará una imagen distinta del trazo gráfico. En ese mismo sentido se puede entrar en círculos y ciclos que parecieran no terminar o repetirse (con los respectivos cambios en todos los niveles) y que al seguirles la secuencia nos proyectarán una gráfica con otras características.

LA TERCERA LEY BIOLÓGICA

La tercera Ley Biológica aporta muchos elementos para entender el comportamiento fisiológico preciso de los distintos tejidos y sus funciones.

El Dr. Hamer descubrió que dependiendo de qué área cerebral haya sido activada con el shock biológico, observaremos a nivel orgánico dos tipos de comportamiento fisiológico completamente diferentes durante las diferentes fases de los Programas Especiales de Supervivencia. Si el shock activó un tejido controlado por el paleoencéfalo (tronco cerebral, mesencéfalo y cerebelo), observaremos un aumento de la función y eventualmente una proliferación celular durante la Fase Activa (FA) del programa. Por el contrario, si fue activado un tejido controlado por el neoencéfalo (sustancia blanca y corteza), observaremos la presencia de disminución del tejido (por ulceración y eventual necrosis) con reducción funcional en la fase activa. Lo anterior se resume en el siguiente diagrama:

 

Para una mayor comprensión de qué tejido se controla desde qué area del cerebro de acuerdo a la capa embrionaria a la que pertenece, te invitamos a leer el texto: CAPAS EMBRIONARIAS ORIGINALES

LA CUARTA LEY BIOLÓGICA

La cuarta Ley Biológica describe las relaciones entre nuestros tejidos y los diferentes grupos de microbios mostrando que éstos son simbiontes con nosotros y actúan de forma coordinada con el cerebro en los diferentes Programas Especiales de Supervivencia.

Desde esta nueva perspectiva los microbios no son los causantes de las enfermedades sino parte integral y necesaria de los Programas Especiales de Supervivencia. Es a través de su actividad coordinada con el cerebro (y lo que actualmente llamamos componentes psico-neuro-inmuno-endócrinos) que los procesos de reparación y cicatrización se llevan a cabo de forma óptima. Es solo su simultaneidad de acción con nuestros tejidos en la Fase de Reparación, cuando hay mayores síntomas y potenciales complicaciones, lo que les ha conferido la imagen de “enemigos”. El desconocimiento de estas leyes biológicas y las relaciones que nos muestran sus elementos nos impedía considerar anteriormente esta posibilidad.

Durante los primeros 2,500 millones de años en la evolución, los microbios eran los únicos organismos que habitaban la Tierra. Ellos generaron de forma gradual las primeras maquinarias con las que cuentan todos los seres vivos (reproducción celular, metabolismo, vías enzimáticas, etc.), dieron paso a formas de vida más complejas y eventualmente crearon simbiosis con otros organismos en sus respectivos desarrollos evolutivos. Durante toda la evolución, los microbios y sus funciones han sido indispensables para nuestra supervivencia.

En "Normotonía" o Eutonía (antes de activar un Programa Especial de Supervivencia) así como durante la Fase Activa, los microbios están en espera o latentes. Sin embargo, en el momento que arriba la conflictolisis (CL), los microbios, específicos para el tejido implicado en el progama, reciben un impulso del cerebro para asistir al proceso de reparación activado. Por lo tanto, ¡observamos que los microbios están solamente activos en las Fases de Reparación!

El siguiente diagrama muestra la clasificación de los microbios en relación con las distintas capas embrionarias y las áreas del cerebro desde donde las actividades de los microbios son controladas y coordinadas.

 


NOTA: la forma en que los microbios participan del proceso de reparación está en concordancia con la lógica simbiótica de los organismos en la evolución.

LA QUINTA LEY BIOLÓGICA

La quinta Ley Biológica permite establecer que cada cambio presente en una enfermedad originalmente es parte de una respuesta de adaptación para sobrevivir.

Todos los programas fisiológicos ordinarios de nuestro organismo (en conjunto: la fisiología normal), así como los Programas Especiales de Supervivencia (que muestran una fisiología especial con sentido biológico), han sido integrados a través de millones y millones de años, durante nuestra evolución y son por lo tanto absolutamente sensatos. De hecho, no hay nada de “maligno” o “benigno” en todo esto, únicamente procesos útiles para sobrevivir y evolucionar.

He aquí algunos ejemplos para facilitar esta comprensión:

- Si un organismo se confronta abruptamente con una situación en la que percibe que su fuente de sustento (alimento) está amenazada o se ha perdido, el hígado comienza a mostrar cambios que tienen que ver con la acumulación o almacenaje de reservas (tejido graso) en el tejido hepático.

- Si al experimentar un shock se percibe que la integridad física se encuentra amenazada o en riesgo, aumentará el grosor de la piel (por multiplicación celular) y su pigmentación para proteger al organismo

-Si no se tiene la forma adecuada para desempeñar una acción y al intentarla se experimenta abruptamente la sensación de no ser apto, se inicia una respuesta que llevará deformar y readaptar la estructura (ósea, muscular, etc.) a través de la pérdida de tejido o reblandecimiento (descalcificación, atrofia, etc.) para poder cambiarla.

-Si se sufre una separación (ruptura de contacto) abrupta y dolorosa de otro, disminuye la sensibilidad para sentir menos.

Es así que la lógica de adaptación está siempre ligada a los cambios funcionales y celulares propios de los tejidos y que las “enfermedades” dejan de mostrarse como fenómenos malos y/o fortuitos que la Naturaleza no haya previsto. Sus características son consecuencia de fenómenos perfectamente programados en los organismos que les brindan continuamente la oportunidad de salir adelante cuando se encuentran abruptamente con situaciones que conllevan amenaza para la supervivencia del individuo y de la especie.

 

GUÍA DE RELACIONES MENTE-CUERPO©
Conoce la correlación precisa entre los tejidos del cuerpo y el sentir biológico que activa a los diferentes Programas Especiales de Supervivencia

 

1del alemán: Sinvolle Biologische Sonderprogramme o Programa Especial con Sentido Biológico

2del alemán: Dirk Hamer Syndrom ó Síndrome de Dirk Hamer, llamado así por el Dr.Hamer en memoria de su hijo Dirk


Todas las imágenes y textos de esta página fueron diseñados y adaptados por ConCienciaBio con base en los trabajos originales del Dr. Ryke Geerd Hamer. Todos los derechos reservados.

 

 

Responsabilidad
La información contenida en este sitio web tiene fines exclusivamente de divulgación. No pretende ser sustituto del consejo médico profesional. Nada de lo que se muestra aquí deberá tomarse por diagnóstico, tratamiento o prescripción. La información que se comparte está basada en la información, comprensión y experiencias individuales de sus autores. Cualquier conclusión y/o acción después de leer el sitio web y sus contenidos es completa responsabilidad del lector.