Texto por el Dr. Luis Felipe Espinosa.
La interacción entre la mente, el corazón y las emociones ha sido reconocida por los seres humanos desde hace mucho tiempo y ha encontrado expresión a través del lenguaje, la filosofía, la literatura, el arte y también en la medicina.
En el lenguaje por ejemplo, tenemos muchas y variadas expresiones como “con todo mi corazón”, “corazón de hielo”, “me llegó al corazón” o “me rompió el corazón”, entre otras.
En la antigua filosofía china, Confucio señalaba ya que el ser humano <<debería tener siempre fría la cabeza, caliente el corazón y larga la mano>>
Shakespeare también dedica unas líneas y escribe en la voz de Enrique VI: <<Mi corona está en mi corazón, no en mi cabeza>>
También en la medicina existen descripciones sobre la conexión entre la mente y el corazón. Una de las más curiosas es la que hizo en el siglo XVIII Sir John Hunter, un cirujano británico al quien se le atribuyen las primeras descripciones clínicas sobre la “angina de pecho” y quien señaló el vínculo entre su propio conflicto con sus colegas y sus dolores en el pecho. Al respecto escribió:
<<El primer ataque de estas quejas fue producido por una afección de la mente y cada retorno posterior de consecuencia, emergía de la misma causa; a pesar de que el ejercicio físico y la distensión del estómago trajeron afecciones más leves, aún se requería afectar la mente para tornarlas severas>>
Esta descripción de Hunter refleja una afirmación temprana de los modelos en medicina que conectan la mente y el cuerpo y al mismo tiempo le corresponde a la cardiología.
Sin embargo el conocimiento de las relaciones entre la mente el cuerpo y los estados emotivos ha avanzado, y en el caso del modelo científico de las leyes biológicas descubiertas por el Dr. Hamer se describen relaciones muy precisas entre el cerebro, los órganos, y los procesos emotivos que se activan como respuesta a estímulos que representen peligro para el organismo.
En el caso del estudio del corazón y sus condiciones médicas, de acuerdo a estos descubrimientos, éste tiene 5 niveles cerebrales desde donde se regulan sus funciones para los distintos programas biológicos especiales de supervivencia como respuesta a una sensación-percepción de peligro (shock biológico) en particular.
Estos niveles se encuentran distribuidos en el mesencéfalo, el cerebelo, la sustancia blanca y el córtex y cada uno tiene centros en cada hemisferio que típicamente controlan los distintos tejidos del corazón por mitades.
Es importante señalar que los programas biológicos especiales son respuestas de adaptación para la supervivencia que entran en juego en situaciones que representan peligro y que, al menos en el mundo animal, las situaciones no duran mucho tiempo sin definirse. En el caso de los seres humanos esto puede ser así pero también es cierto que muchas ocasiones encontramos que las situaciones se alargan y entonces las respuestas y cambios en los tejidos también. Estos cambios son los que en medicina se observan como las causas de los problemas cardiacos tan solo porque se desconocía que realmente son consecuencias de otras cosas que están sucediendo.
También puede ocurrir que se entre y salga frecuentemente de la misma situación percibida como peligrosa por lo que el desarrollo de los procesos crea condiciones que pueden hacer más difícil la recuperación. Y es por eso que tanto el reconocimiento de las causas de los procesos, la observación de cómo funcionan en la persona involucrada así como la posibilidad de crear cambios para salir de las situaciones que pueden generar riesgo genera una nueva forma de abordaje en la asistencia y en el autoconocimiento para la propia gestión de la salud.
A continuación se hace una descripción breve de las relaciones entre el cerebro las sensaciones-percepciones involucradas en los shocks biológicos de los distintos programas biológicos especiales y algunos de los signos y síntomas más característicos que se observan en ellos. Naturalmente esta pequeña tabla es resumida y por lo tanto una guía limitada.
Nivel cerebral |
Sensación-percepción de shock biológico |
Signos y síntomas |
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Mesencéfalo |
Miedo por la circulación y funcionamiento del corazón |
Taquicardia, fibrilación, flutter |
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Cerebelo |
Miedo por la integridad del corazón |
Pericarditis, taponamiento cardiaco |
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Sustancia Blanca |
No sentirse apto para sostener a alguien (¡es demasiado!) |
Necrosis y cambios del tejido miocárdico, cambios en tejido conectivo |
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Córtex Periinsular |
Pérdida de territorio o de miembros del territorio |
Angina de pecho, ateroesclerosis en coronarias, bradicardia |
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Córtex Motor |
Sentirse atrapado, no apto para moverse (complemento del programa especial de la sustancia blanca) |
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Lipotimia, síncope, crisis motoras (epileptoides) |
Por lo tanto, de acuerdo al estado actual del conocimiento sobre las conexiones entre los procesos mentales, el corazón y las respuestas emotivas, en el modelo de las leyes biológicas podemos reconocer con precisión la existencia de sus relaciones, cuestión que ahora es necesaria considerar en cualquier análisis sobre las causas de los procesos cardiovasculares para poder realmente obtener un tratamiento integral, con el fin de ayudar a las personas a recuperarse y estar mejor.
¡Te invitamos a conocer más sobre este modelo y sus posibilidades!
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